Tipos de abonos orgánicos

Publicado el : 06/08/2019 11:54:31
Categorías : Cuidados del jardín , Trucos de jardinería

tipos de abonos orgánicos

   

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Normalmente, la agricultura convencional está supeditada a los componentes químicos para conseguir un rápido y continuado crecimiento de lo que se haya sembrado. Sin embargo, lejos de las grandes extensiones de tierra es posible encontrar huertos y terrenos particulares o de pequeñas empresas que funcionan de manera sostenible. En ellos, los abonos orgánicos juegan un papel muy importante para aportar nutrientes a la tierra y conseguir que sea lo más fértil posible.

Como su propio nombre indica, los abonos orgánicos son unos fertilizantes que se producen a través de técnicas artesanales. Su composición es 100% natural y proviene de restos de animales, vegetales, de alimentos, etc.

Entre sus principales beneficios se encuentran la mejora de las características físicas, biológicas y químicas de la estructura del terreno, así como el aporte de elementos nutritivos. Todo ello deriva en una mejor retención del agua en el suelo y del intercambio de nutrientes. Dado que cualquier tierra que esté cultivada necesita una restitución periódica de la materia orgánica, el aporte de este tipo de abonos es una de las mejores alternativas.

 

Compost

Es uno de los abonos orgánicos más populares que está compuesto por restos de hojas, plantas, ramas, hortalizas, cáscaras de frutas o alimentos, césped, etc. Se utiliza en gran medida en la agricultura ecológica, ya que posibilita un gran crecimiento de las plantas y regenera los organismos microbianos de la tierra. Aunque se puede fabricar un compost casero, también se encuentra de forma natural en los bosques como consecuencia de la descomposición de todos los restos vegetales que van cayendo al suelo.

 

Estiércol

Este fertilizante ecológico es uno de los más efectivos debido a su gran fertilidad, aunque también probablemente el que desprende un olor más desagradable. Ello se debe a que está formado por excrementos de animales, ya sean vacas, caballos, ovejas, gallinas, etc. Los nutrientes del estiércol varían según la especie de donde se obtengan las heces, aunque en cualquier caso es preciso esperar el tiempo necesario para que se descompongan un poco y conseguir una mayor efectividad.

 

Cenizas

El invierno es una buena época para almacenar todas las cenizas que se generen en la quema de madera, leña, pellets, etc., para generar calor. Aunque las cenizas se suelen considerar simples desperdicios, lo cierto es que son un potente fertilizante con múltiples nutrientes, como potasio, calcio y magnesio, para aplicar en la tierra. Conviene tener un especial cuidado a la hora de recoger las cenizas de la madera que haya ardido previamente para evitar aquellos restos que provengan de piezas con pintura o esmalte. Para conseguir mejores resultados es recomendable mezclar este abono con el sustrato o distribuirlo durante el riego.

 

Abono verde

A diferencia de otros fertilizantes orgánicos que se pueden adquirir en tiendas especializadas, el abono verde consiste en sembrar algunas especies de plantas que después constituirán la base para enriquecer el sustrato. En estos casos se utilizan sobre todo los vegetales que son ricos en nitrógeno, como por ejemplo las leguminosas. Una vez que han crecido, se cortan y se utilizan como abono. Cuando se introducen los restos en la tierra, inician un proceso de descomposición a través del cual se van liberando los diferentes nutrientes. El abono verde está indicado fundamentalmente para recuperar los suelos que se encuentran bastante erosionados.

 

Turba

Como consecuencia de la descomposición de los restos vegetales que se produce en los humedales se obtiene la turba. Este abono es rico en minerales y nutrientes, se asimila bastante a una especie de carbón vegetal y presenta un color oscuro. Para que se conforme la turba es preciso que se den unas condiciones con un alto nivel de humedad y poco oxígeno. En su aplicación de fertilizante tiene múltiples ventajas, como potenciar el crecimiento de las raíces, aportar más esponjosidad al terreno y favorecer la absorción del agua. Hay que tener en cuenta que no se trata de un recurso renovable, por lo que su extracción se debe hacer de forma responsable y controlada.

 

Humus de lombriz

Aunque es un abono orgánico menos conocido, no por ello deja ser bastante eficaz. Podría encuadrarse dentro de la categoría de compost, ya que el humus de lombriz se obtiene del proceso digestivo que realiza esta especie y que consiste en convertir los restos de la agricultura en un fertilizante natural. De esta forma, ningún otro sustrato puede aportar las mismas propiedades, aunque para un mejor resultado se recomienda mezclarlo con la tierra.

 

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