Para qué se utiliza la pintura plástica

Publicado el : 10/12/2018 17:31:46
Categorías : Construcción , Decoración

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En este artículo te contamos cuáles son las características y los principales usos de la pintura plástica si eres un particular que se ha animado a coger la brocha para cambiar el color o renovar algún objeto o parte de tu casa. Con bastante frecuencia se suele confundir este tipo de pintura con el esmalte sintético, pero ambos productos tienen aplicaciones diferentes en función del acabado que se pretenda conseguir.

Lo más habitual es que, si no eres un profesional de la pintura, a la hora de pintar una superficie busques un producto sencillo y que permita hacer el trabajo de forma rápida. Para satisfacer estas necesidades, entra en juego la pintura plástica, también conocida como de emulsión y que se encuadra dentro del grupo de pinturas al agua. Como veremos a continuación, es una de las más empleadas en decoración y para cubrir y proteger en espacios interiores.

Es posible encontrar este tipo de pintura acrílica o vinílica según el tipo de resina que contenga. La primera está perfectamente indicada para aquellos soportes que están expuestos a un mayor nivel de humedad, ya que su capacidad impermeabilizante es superior. Por su parte, el tipo vinílico se aplica con una mayor facilidad, aunque su resistencia es inferior que en el caso anterior.

Además, también está disponible en diferentes acabados, como brillo, satinado o mate. Aunque se utilice habitualmente en interior, la pintura plástica se puede adquirir con unas características diferentes para adaptarse a un uso exterior.

Principales usos de la pintura plástica

Una de las principales aplicaciones de esta pintura es cubrir las paredes y los techos, sobre todo los que están construidos de cemento o yeso. En el caso de emplearse en otras superficies, como por ejemplo el ladrillo o la piedra que son más porosas, es necesario que hayan sido preparadas adecuadamente con imprimación. Además, se utiliza en multitud de ocasiones en decoración, ya que ofrece una amplia gama de colores y gracias a los diferentes acabados es posible conseguir el resultado esperado.

No es recomendable usar la pintura plástica en los muebles u objetos de madera debido a que causa un efecto de hinchado en la superficie. Podría utilizarse si el material está tratado, aunque para evitar un resultado nefasto, conviene utilizar otro tipo de producto.

Características de la pintura plástica

  • Gracias a su base acuosa, la limpieza de cualquier resto o gota es sumamente sencilla. Simplemente aplicando un poco de agua con jabón neutro o rascando la zona que se haya manchado es posible recuperar su estado original. De esta forma, no es necesario utilizar ningún producto químico para dejar el espacio impecable como sucede con otros tipos de pinturas más potentes.
  • El tiempo de secado oscila entre 30 y 60 minutos, muy por debajo de otros productos similares. Así, es posible dar las sucesivas capas sin esperar demasiado, pudiendo acabar el trabajo con total rapidez.
  • Por norma general, la pintura plástica tiene propiedades ignífugas, es decir, que evitan la combustión y previenen la propagación del fuego.
  • Dado que este producto se diluye en agua, no es preciso utilizar disolventes u otros líquidos tóxicos. Por ello, se convierte en una alternativa idónea para pintar sin sufrir las consecuencias de los fuertes olores, sobre todo dentro de las viviendas.
  • Pese a que su base sea acuosa, la pintura plástica ofrece un excelente cubrimiento sin necesidad de dar demasiadas capas y permaneciendo intacta durante muchos años.
  • Es muy resistente en zonas donde la humedad ambiental suele estar presente, como por ejemplo la cocina o el cuarto de baño, aunque no es recomendable aplicarla en aquellos lugares que estén en contacto directo con el agua.
  • Se puede aplicar fácilmente, tan sólo teniendo cuidado de que la superficie está limpia.
  • Según la marca, es posible cambiar el color de una pintura plástica blanca para crear diferentes tonalidades personalizados añadiendo el tinte que se desee. En estos casos es muy importante que se trate de una pintura de calidad.
  • Su precio es muy económico en comparación con otras modalidades, por lo que se recomienda sobre todo para cubrir superficies de gran tamaño.

Diferencias con el esmalte sintético

A diferencia de la pintura plástica, el esmalte sintético es más duradero, ya que su base es disolvente en lugar de agua. Se utiliza habitualmente para pintar superficies reducidas, como por ejemplo puertas, muebles, barandillas, marcos de ventanas o zonas que sufren un mayor desgaste a diario.

Este tipo de esmalte también se puede encontrar en distintos acabados: brillo, mate y satinado. Del mismo modo, es apto tanto para superficies interiores como otras que estén a la intemperie, conservando perfectamente el brillo incluso en este último caso. En ocasiones también se utiliza en las cocinas y los baños porque presenta una resistencia mayor al agua y la humedad.

Los principales inconvenientes del esmalte sintético que llevan a decantarse por la pintura plástica son el elevado tiempo de secado, que puede llegar a ser hasta de un día, así como el desagradable olor que desprende que tarda varias semanas en desaparecer y los gases que se evaporan de esta pintura sumamente perjudiciales para la salud. Para conseguir más durabilidad del esmalte es necesario aplicar dos capas y como se desprende de lo anterior, es bastante complicado retirar los restos y es menos respetuoso con el medio ambiente.

¿Qué pintura plástica comprar?

Al igual que en otros tipos de productos para reformas, la respuesta se basa en adquirir la pintura que mejor se adapte al trabajo que se tenga que realizar. Según lo que hemos comentado, existen dos tipos de pintura plástica que responden mejor o peor a las condiciones de interior o exterior, al desgaste y a la humedad.

Teniendo en cuenta estos aspectos, en el mercado es posible encontrar una amplia gama de marcas con diferentes precios. Aunque a priori el principal objetivo sea el ahorro, conviene elegir una pintura de buena calidad que no sólo influirá en la aplicación y el acabado, sino fundamentalmente en el tiempo que la superficie se mantendrá intacta. En el caso de decantarse por el bote más barato, puede ocurrir que sea necesario dar más manos de pintura para que quede bien.

Las consecuencias de comprar una pintura plástica de mala calidad pueden ser que se consiga un acabado diferente del esperado, ya que su poder de cubrimiento es muy reducido; la limpieza también se convierte en un inconveniente debido a que resultará más complicada o puede derivar en el arrastre de la pintura; y por último, es poco probable que se pueda conseguir un color diferente mezclando un color blanco con un tinte o que sea necesario añadir mayor cantidad de colorante para obtener el color que se busca.

Cuando no se cuenta con la suficiente experiencia en la materia, lo más aconsejable es solicitar asesoramiento en una tienda especializada, teniendo en cuenta que la cantidad de resinas vinílicas o acrílicas que contenga la pintura plástica determinan el nivel de resistencia y durabilidad.  

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